
- Origen: Carballeda de Valdeorras
- Variedad: 100% Godello plantada entre 1919 y 1929 vendimiada a mano en cajas de 16 kg
- Elaboración: Estrujado y despalillado parcial. Maceración junto a sus hollejos en depósitos de acero inoxidable durante 48 horas. Fermenta en barricas de 500 l
- Crianza: Reposa durante 12 meses junto a sus lías en las mismas barricas
- Graduación: 12,5º
La uva procede de cepas de godello plantadas entre 1919 y 1929 en varias parcelas en las que se entremezclan variedades tintas con blancas, sobre suelos de pizarra pobres en laderas muy pronunciadas
Así lo vemos
El vino tiene un límpido color amarillo-dorado pálido, muy brillante.
La nariz es de intensidad media, con deliciosos aromas de fruta blanca madura: pera, refrescada por los cítricos del pomelo. Le acompañan notas herbáceas muy aromáticas y finas: salvia y estragón, y una sensación melosa de albaricoque y melocotón en almíbar. Este primer acercamiento en nariz se cierra con la fragancia de las flores cítricas: jazmín y azahar, muy fragante y fresca.
Profundiza con esencia balsámica y toques minerales de piedra blanca. Va aflorando una cierta untuosidad de lías finas y la elegancia e intensidad de las olivas verdes con sus ricos amargos.
La barrica está muy bien integrada, con el punto justo de vainilla y de azúcar glass. Despunta un toque de alcohol suave y delicado, como de brioche borracho, que al agitarse desaparece y nos trae de nuevo la fruta con toques de heno e hinojo. Pero la fruta ahora es más intensa: manzana asada que roza el caramelo y recuerda difusamente al cuero. Un final ligeramente oxidado le aporta aún más finura y elegancia.
Pero siempre amable, con cierta cremosidad que lo hace redondo en contraste con una tenaz gracilidad ya que en ningún momento se muestra graso ni pesado. A destacar su evolución hacia notas más especiadas, con un punto de umami.
De paso y estructura medias, tiene un postgusto medio-largo con un inesperado final agridulce. El paso de nariz a boca sorprende, impresiona, con un punto muy limpio de acidez. Persistente.
Recomendación de consumo:
Es un vino con gran personalidad y excelente potencial de evolución. Su fino equilibrio hace que se beba muy fácilmente sin menoscabo de la complejidad que exhibe y que lo eleva muy por encima de los simples vinos blancos frescos.
Gastronómicamente, gracias a su ligereza es perfecto con todo tipo de entrantes y aperitivos, su frutosidad cítrica lo empareja con todo el espectro del marisco y el pescado blanco, su acidez compensa la grasa del pescado azul y equilibra el amargor de la alcachofa y los espárragos. Su estructura acompaña arroces, pasta y carnes blancas y de granja. Y todo su conjunto ensalzará cocina picante y exótica (excelente con ceviches y sushi), sublimará un buen steak tartar y todo tipo de ahumados.