
- Variedad*: 40% mencía, 10% garnacha tintorera, 20% merenzao, y el 30% restante, brancellao, sousón, caiño y ferrón (*Porcentajes aproximados). Se vendimió el 29 de septiembre
- Elaboración: Fermentó y maceró con las pastas durante 35 días en barricas de 500 lt, con una intervención mínima que se redujo a hundir el sombrero una vez al día durante la fermentación
- Crianza: Una vez sangrado se crió en un barrica de 500 lt y otra de 225 durante 14 meses. Después de estar en depósito de acero inoxidable otros 4 meses, se embotelló a finales de junio de 2020
- Graduación: 12,5%
Viladequinta procede de tres pequeñas parcelas, orientadas al noreste (la mayor tiene 1500 m de superficie). Con una pendiente muy acusada, sobre suelos de pizarra muy pobres, a una altitud de 750 m. Están en la cara norte del valle en V, frente a la ladera del O Cabalin. La antigüedad de las parcelas según el REVI, oscila la plantación entre 1925 y 1930
Así lo vemos
El vino tiene color rojo cereza con tonalidades granates, la capa es media-baja y tiene mucha limpieza y brillo.
Su intensa profundidad aromática es perceptible desde el mismo momento del descorche, pareciera que te lanzara lazos de esencias que te atraen hacia él. Los arbustos del monte bajo están entrelazados con la fruta negra, madura y opulenta, que saltarina, se mece sobre un fondo de yogurt natural, con su punto ácido y amargo.
Gradualmente van asomando aromas más serios y sápidos: aceitunas negras, ahumados, hoja de tabaco y pimienta negra, a los que se incorpora la mineralidad de la mina de lápiz. Aparece fruta roja en licor y recuerdos de caramelo duro.
La entrada en boca va en paralelo con la nariz. Es profunda y atrayente, silvestre y frutal, pero así como en nariz la fruta era predominantemente negra y madura, en boca es más fresco y crujiente, y de todos los colores que te puedes encontrar en el bosque: moras, cerezas, arándanos, grosellas, endrinas, frambuesas y fresas silvestres.
Es muy sabroso, un punto salino, yodado, lo equilibra y le da largura. Su alta y equilibrada acidez, nos brinda alegría y una chispa muy divertida.
Recomendación de consumo:
Viladequinta 2018 es un vino de paraje, de paisaje, por lo que si lo podéis disfrutar cerca de la naturaleza os va a saber extremadamente rico, aunque sea viéndola a través de una ventana.
Pero es un vino tan sabroso que se adapta a la cocina otoño-invernal como un guante, realzando múltiples elaboraciones de todos los tipos de carnes rojas, desde las más finas y elegantes, hasta las más contundentes.
Asimismo, su finura potenciará los sabores de pescados azules como el bonito, el atún, el pez espada y el salmón, y las más humildes truchas, caballas y sardinas, a la brasa, plancha o en una melosa y bien condimentada salsa.
Lo recomendamos para su consumo inmediato o para su guarda.